jueves, 21 de mayo de 2020

Periodo de Acompañamiento (ETAPA 2)


Desde el Taller. Cultura urbana, paisaje y proyecto.
Notas preliminares #01, otoño 2020
Eduardo Maestripieri

En estos tiempos de miserias omnipresentes, de violencia ciega, de catástrofes naturales o ecológicas, hablar de belleza puede parecer incongruente, inconveniente, incluso provocador.
Cinco meditaciones sobre la belleza, François Cheng.

La filosofía es una disciplina que consiste en crear o inventar conceptos. Los conceptos no existen ya hechos; no existen en una especie de cielo donde esperan que un filósofo los tome. A los conceptos es necesario fabricarlos.
¿Qué es el acto de creación?, Gilles Deleuze

Si en el texto de François Cheng agregáramos “pandemia” y reemplazáramos “belleza” por “arquitectura”, el escrito se nos presentaría inquietante y actual por las consecuencias y las derivaciones que han tenido y tienen algunos de los eventos mencionados por Cheng. Y también puede parecer incongruente, inconveniente, incluso provocador reemplazar belleza por arquitectura. ¿Cuál es el propósito de la arquitectura? ¿Qué esperamos de la enseñanza de la arquitectura en estos tiempos de incertidumbre, catástrofes naturales y desplazamientos conceptuales en los modos y procedimientos del proyecto? Si continuáramos con este juego de significados y representaciones reemplazando la palabra “filosofía” por “arquitectura”, en el escrito de Gilles Deleuze, también percibiríamos ecos y resonancias de nuestra propia práctica: La arquitectura es una disciplina que consiste en crear o inventar conceptos. Los conceptos no existen ya hechos; no existen en una especie de cielo donde esperan que el arquitecto los tome. A los conceptos es necesario construirlos, fabricarlos. Esta reflexión es necesaria hacerla porque nuestra práctica docente es frecuente naturalizar y aceptar ciertos nociones, creencias y concepciones del proyecto que creemos inmutables, cuando en realidad se desplazan, mutan, incorporando nuevas interpretaciones y reinterpretaciones de sus contenidos. Esta inestabilidad y variabilidad rompe con la tradicional interpretación pasiva y acumulativa de nociones y conceptos, de modos y procedimientos en la enseñanza y el aprendizaje de la arquitectura. Es infrecuente reflexionar, revisar y construir conceptos como la cultura urbana, el paisaje y el proyecto. Los conceptos, para ser adquiridos, necesitan poner en acción diferentes modos y procedimientos: Los conceptos, como se sugirió precedentemente, no existen ya hechos, es necesario fabricarlos. Consecuentemente reflexionar durante la acción sobre las prácticas, conceptos y procedimientos desarrollados en el taller, consistiría en preguntarse sobre lo que sucede o va a suceder, lo que podemos hacer, lo que hay que hacer, cuál es la mejor táctica, que orientaciones y qué precauciones hay que tomar, qué riesgos existen en relación con determinados temas, estrategias y problemáticas propuestas en el devenir del taller de arquitectura.

Hace ya muchos años, Alan Colquhoun me obligó a reflexionar sobre este aspecto en un breve ensayo: “Desplazamiento de conceptos en Le Corbusier”[1]. En este trabajo Colquhoun señala que Le Corbusier definió su plan para una nueva arquitectura en términos de proponer un inédito sistema de reglas[2]. Lo hizo considerando las prácticas y procedimientos precedentes. Señalo un par de frases que aún permanecen subrayadas en mi libro: “Le Corbusier se refiere constantemente a la tradición arquitectónica ya sea invocando sus principios y adaptándolos a nuevas soluciones, ya sea contradiciéndolas abiertamente de un modo tal que es necesario algún conocimiento de la tradición para entender su mensaje arquitectónico”[3]. El siguiente párrafo es más explícito: “Podría alegarse que toda innovación está forzosamente destinada a contradecir la práctica anterior y que, por tanto, es redundante incluir en el concepto de innovación el de la práctica que ha sido sustituida. (…) la práctica precedente y las nuevas prescripciones constituyen una serie paradigmática o metafórica y que lo nuevo ha de entenderse por referencia a lo viejo: in absentia. (…) Se trata de un proceso de reinterpretación y no de creación a partir de un vacío cultural”[4].

Colquhoun relaciona estos desplazamientos conceptuales en la obra de Le Corbusier con un profundo conocimiento de las reglas y los procedimientos precedentes, así como de elementos y componentes ajenos de su propia tradición. Recorrer el resto del ensayo hasta su conclusión trasciende la temporalidad de su interpretación resultando sus afirmaciones sorprendentemente actuales: “La teoría arquitectónica ha sido dominada durante la última década o quizás durante más tiempo, por varias formas de determinismo y populismo, que se niegan a reconocer que la arquitectura constituye una entidad cultural de propio derecho. La materia prima de la arquitectura es, en gran parte, la cultura arquitectónica en un momento dado de la historia. Sin un entendimiento adecuado de esos aspectos de la creatividad arquitectónica que se han tratado en este ensayo ––los aspectos donde lo que se implica es la transformación de la cultura preexistente–– es imposible conseguir una arquitectura capaz de expresar significados culturales”.

¿Cómo debemos interpretar estas reflexiones en relación con las prácticas y procedimientos que se realizan en el taller de arquitectura? ¿Cómo se construyen, revisan y comparten en el taller nociones y conceptos propios de la disciplina? ¿Es posible observar, revisar y producir ciertos desplazamientos en el concepto de proyecto frente a los eventos enunciados en la cita de François Cheng?

En la propuesta didáctica del Taller definimos el proyecto como la manifestación concreta de un pensamiento de arquitectura. Sin embargo, desde hace un tiempo, observamos un retroceso en el concepto de proyecto en el agotamiento de cierta retórica tecnológica y en el desplazamiento hacia nuevas construcciones epistemológicas surgidas en las ciencias naturales y sociales. Otros campos del conocimiento como la antropología, la sociología, la ecología y la economía impactaron en la enseñanza de la arquitectura debilitando su especificidad y reduciéndola a pura racionalidad instrumental y oficio. La inacción del saber proyectual tradicional frente a los cambios sociales y culturales enunciados, con sus repercusiones en las formas de habitar, y consecuentemente, en la problemática ambiental predispone a indagar en campos alternativos. Uno de estos campos resulta de los aportes que se han hecho en relación con las revisiones y exploraciones de la noción de paisaje.

La preeminencia de ciertas prácticas repetitivas y el uso de fórmulas y prescripciones rígidas y absolutas en la enseñanza de la arquitectura hacen pensar en propuestas y orientaciones basadas en el concepto, bastante difundido, y la creencia, de que la arquitectura puede ser reducida a formas de pensamiento externas a ella, y en particular, a la utilización de referentes, modelos y a sistemas con pretensiones científicas. Al asociar la razón sólo con lo cuantificable, se niega inteligibilidad a lo sensible y a lo intangible, con lo cual estas prácticas se hacen vulnerables a modos basados en el concepto de gesto o expresión, y que consecuentemente responden a una actitud dogmática y fundamentalista. Desde esta perspectiva proponemos revisar otros conceptos y la elección del paisaje y el proyecto como ejes de la práctica del taller requiere hacer preguntas que nos permitan ajustar el lenguaje y la terminología a las diferentes miradas y construcciones epistemológicas que existen en torno a estas concepciones. Ningún saber puede avanzar si no ajusta sus conceptos. La amplitud de las cuestiones tratadas en estas notas pone de manifiesto la necesidad de un cierto consenso terminológico y disciplinar. Estas notas, en su conjunto, con otras que propondremos en otros encuentros que hemos denominado conversaciones “desde el Taller”, no intentan de ningún modo abordar estos conceptos de manera sistemática, simplemente intentan exponer la compleja y confusa situación actual de la enseñanza de la arquitectura en aquellos aspectos donde parece posible una interpretación. Así mismo, hemos señalado que el taller se desempeña como una comunidad de prácticas que simultáneamente deviene en un ámbito para la reflexión en la acción[5]. Con esta orientación, los objetivos y los contenidos están siempre sujetos a ser releídos y revisados en relación con las diferentes experiencias y problemáticas que proponemos como equipo docente. En el desarrollo de estas actividades, sugerimos la posibilidad de revisar algunos de los modelos mentales naturalizados (canónicos), los valores y las teorías que guían nuestra acción. El progresivo giro de una mirada más comprensiva hacia el paisaje, con consecuencias y dificultades epistemológicas aún vigentes, sitúa a la relación entre arquitectura, ciudad, territorio y cultura como el nudo conceptual orientador de la práctica del taller. En consecuencia, estas notas proponen continuar con las revisiones y reflexiones que “Desde el taller” surgieron en los encuentros pedagógicos que realizó el Taller en el Centro Cultural y Social “El Faro”[6].

Cultura urbana, paisaje y proyecto.
Las palabras elegidas en torno de la urdimbre de relaciones entre arquitectura y ciudad, entre territorio y cultura procuran condensar mucho de los argumentos y conceptos propuestos para ser revisados y reinterpretados. Estos tópicos aluden a las problemáticas desarrolladas en el taller.

[1] El término cultura urbana fue propuesto Louis Wirth, sociólogo de la Escuela de Chicago. En esta conceptualización Wirth trató de establecer una relación entre los inéditos procesos de urbanización y una nueva sociedad emergente opuesta la rural. En esta concepción la oposición entre cultura urbana y cultura rural aparece en sus trabajos[7] como extremadamente simplista y solo se refiere a tipos ideales de situación que no se producen en una realidad mucho más rica y compleja. Sin embargo, dentro de sus enfoques consideró el comportamiento humano determinado por estructuras y factores ambientales dándole importancia a la vida en comunidad, el cual él creía que era muy importante al formar nuestro comportamiento. En su concepción, la ciudad no solo es la morada y taller del hombre en comunidad; es el centro político, económico y cultural. En el surgimiento de la cultura urbana se despliegan y concurren en una condensación y concentración inusual y sin precedentes diferentes acciones técnicas como la urbanización, la construcción de infraestructuras de impacto urbano y territorial y elementos como la densificación, la diversidad cultural, la intensificación de la movilidad urbana, los inéditos desplazamientos humanos y las masivas migraciones internas y externas que transformaron y alteran la ciudad imponiendo un nuevo sentido de territorialidad. En la dinámica del taller se impone interpretar y comprender las diferentes formas de habitar de una comunidad. En esta tarea, reconocer formas de expresión y maneras de vivir, usos y costumbres que predominan en determinadas comunidades y que son inherentes a una cultura permiten proyectar ambientes para la vida. Interpretar las marcas, los registros históricos, la memoria y la cosmovisión de una comunidad debiera permitir fundamentar el proyecto como voluntad de transformación o conservación de lo dado. Con esta orientación, proyectar, la arquitectura como proyecto es darle forma al futuro del mundo en que vivimos.

[2] Proponemos la arquitectura como proyecto en el doble sentido técnico y epistemológico, como despliegue de acciones transformadoras de la ciudad y el territorio y como disposición y conformación de un marco conceptual, una forma de conocimiento y pensamiento desde el cual dotar de un cierto sentido interpretativo y proyectual a aquellas acciones y procedimientos que se realizan en el ámbito del taller. Se trata de establecer como puede ser revisado este concepto de proyecto desde la perspectiva de la aparición de nuevas formas y procedimientos proyectuales basadas en la noción de paisaje.

[3] Interpretamos la arquitectura como paisaje, no sólo como reconocimiento del concepto de paisaje en lo natural, ni de lo natural-artístico, en tanto construcción específica de las relaciones literarias y pictóricas, sino el paisaje desde su relación con la arquitectura como práctica técnica y social cuya cualidad sólo resultará como consecuencia de un obrar tecnológico y transformador sobre la ciudad y el territorio. Esta transformación no es nueva, lo que es nuevo e incluso sin antecedentes en otras conceptualizaciones precedentes es su emergencia en una dimensión problemática. Proponemos hacer visible el desplazamiento y la transformación del concepto convencional de proyecto por otros contenidos y procedimientos sensibles a los nuevos paradigmas de racionalidad ambiental. Siempre hubo relaciones ambientales como vínculos entre la esfera de lo social y lo natural, lo que resulta actual es la clase de problemas y la crisis de esa relación entre proyecto y paisaje: ¿Cuál es la dimensión de ese obrar en el paisaje? ¿Deberá la arquitectura ser como el paisaje o procurará proyectar con el paisaje?

Con esta perspectiva, la propuesta didáctica del taller, orientada a las relaciones entre cultura urbana, paisaje y proyecto, propone revisar y comprender el desplazamiento del concepto tradicional de proyecto, implementando formas alternativas y sustitutivas basadas en la noción de paisaje. 




[1] Colquhoun, Alan, “Arquitectura moderna y cambio histórico. Ensayos: 1962-1976”, Barcelona: Gustavo Gili, 1978.
[2] Colquhoun, se refiere a los “cinco puntos” propuestos por Le Corbusier en varios de sus escritos.
[3] Op. Cit. p. 113
[4] Idem, p. 114.
[5] Existe un texto canónico de Donald Schön, (1987) que, Edith Litwin y Alicia W. de Camilloni, han difundido vinculando a este autor con las prácticas realizadas en el taller de arquitectura como dispositivo didáctico. Schön concibe la reflexión, como una forma de conocimiento y señala que la práctica docente se caracteriza por la complejidad, la incertidumbre, la inestabilidad, la singularidad y el conflicto de valores. Schön propone la búsqueda de una nueva epistemología de la práctica implícita en los procesos intuitivos y artísticos que algunos profesionales llevan a cabo en las situaciones de incertidumbre, inestabilidad, singularidad y conflicto de valores. El Modelo Acción-Reflexión-Acción se basa en el esquema pedagógico elaborado por David Kolb (1977). En nuestro medio, Ana María Romano y Cecilia Mazzeo han realizado importantes aportes y reflexiones respecto a las prácticas docentes. Cfr. La enseñanza de las disciplinas proyectuales (2007) y Conocimiento y práctica proyectual (2015).
[6] El Taller de Arquitectura realizó dos ciclos de encuentros de reflexión y producción académica durante el otoño y la primavera de 2019 en el Centro Cultural y Social “El Faro”, en la localidad de Olivos, Buenos Aires.
[7] Wirth, Louis, Urbanism as a way of life. American Journal of Sociology, 1938, nº 44, p. 1-24.





ETAPA II
CUARENTENA  /  Crónicas de la detención  /  link de descarga
No sabemos si nuestra sociedad afrontará un gran cambio (parece necesario) o profundizaremos un camino (como plantea, provocándonos, Michel Houellebecq en su reciente carta titulada “Un poco peor”), pero si podemos visualizar una compresión del tiempo, un impasse no imaginado que nos permite otras aperturas para la interpretación.
La interrupción de nuestra dinámica social ha enmarcado un adentro y un afuera definidos, un interior que limita y transforma los comportamientos de nuestros cuerpos y un exterior que minimiza nuestra acción a lo esencial y libera espacios de acción empoderando a la naturaleza.


ACTIVIDAD 5
DISPOSITIVO METODOLÓGICO: El Cuerpo y la Ciudad – Lo dinámico
La idea es pensar, a partir de experimentar y reflexionar sobre los cambios de hábitos por los que atravesamos, un futuro que priorice y re-formule el espacio urbano, indagando en nuevas dinámicas que se reflejen en los movimientos, los usos  (espacios  sobre o infra-utilizados), la re-cualificación de los lugares y elementos urbanos, la incorporación o re-definición de prácticas urbanas, etc.
¿Qué paisaje podemos imaginar para un futuro a partir de visibilizar las repercusiones de nuestros hábitos en la dinámica urbana?

PRESENTACION - REPRESENTACION:
IMAGEN DE TU BARRIO TOTAL Y/O FRAGMENTADA

Se propone construir un dibujo, collage o montaje en técnica libre donde puedas reflejar tu POST-BARRIO




MATERIAL DE REFERENCIA PARA EL TRABAJO:


Texto: Acupuntura Urbana, Jaime Lerner
Link: Acupuntura Urbana

Conversacion: Valenzuela - Careri
Link: Revista Bifurcaciones,

Entrevista: Sassen + Sennet 
LinK: Repensando el mañana

Pelicula: Good by Lenin (Wolfgang Becker 2003)
Link: Good by Lenin